Montañas que tocan el cielo y pueblos sabios conforman un escenario donde la majestuosidad natural se combina con tradiciones antiguas para nutrir el espíritu y desafiar límites.

Viajar a Nepal es aventurarse en el mítico territorio del Yeti, donde las leyendas caminan entre valles sagrados, montañas eternas y una cultura que mezcla, con asombrosa armonía, el hinduismo y el budismo. Aquí, entre templos de tejados puntiagudos y oraciones flotando en el aire, se respira la espiritualidad de siglos. Desde la plaza Durbar de Katmandú, reconocida por la UNESCO, hasta las callejuelas del viejo Katmandú, cada rincón del país conserva intacta la esencia de su pasado.

En el corazón del valle de Katmandú, la ciudad de Bakhtapur —otrora capital del Gran Reino de Malla—, joya cultural de Nepal, parece detenida en el tiempo, repleta de palacios y santuarios. No muy lejos, la estupa de Bodhnath, la más grande de Asia y centro espiritual del budismo tibetano, gira en silencio al ritmo de los mantras. Y sobre una colina en las afueras de la capital se alza el Monasterio Thrangu Tashi Yangtse, también conocido como el Monasterio del Buda Namo, un lugar sereno donde la arquitectura tradicional y el paisaje montañoso se funden en un remanso de paz y contemplación.Desde Nagarkot, los amaneceres ofrecen una de las vistas más espectaculares del Himalaya. Y en Lumbini, el Templo Maya Devi convierte el viaje en una profunda experiencia espiritual: una peregrinación al lugar de nacimiento de Buda constituye uno de los grandes viajes sagrados del continente.

Nepal es un paraíso para los amantes de la montaña: ocho de los catorce picos más altos del mundo se alzan aquí, incluyendo el Annapurna y el Monte Everest, que domina el cielo desde sus 8.848 metros. Rutas como el circuito del Annapurna o el sendero hacia el campamento base del Everest son experiencias extraordinarias. Y para los más aventureros, el país también ofrece uno de los mejores escenarios del mundo para practicar rafting o piragüismo en aguas bravas.

Al sur, el Parque Nacional de Chitwan regala otra cara de Nepal: selva espesa y fauna salvaje. Aquí, con suerte, podrás ver rinocerontes, cobras reales o el imponente tigre de Bengala.

Nepal es tradición, aventura y leyenda. Un lugar donde lo extraordinario sucede a diario.

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De octubre a mayo, cuando las temperaturas son suaves y los cielos están despejados, momento perfecto para hacer senderismo y trekking y contemplar las impresionantes vistas de las montañas nepalíes.