Donde palacios antiguos y bazares llenos de vida despiertan los sentidos, este destino histórico alberga tradiciones milenarias que invitan a un viaje profundo y lleno de descubrimientos.

Viajar a Irán es recorrer las tierras del antiguo Imperio Persa y sumergirse en un universo donde historia, arte y hospitalidad se entrelazan en cada rincón. No solo pisarás la tierra de Las Mil y Una Noches, también seguirás los pasos de la mítica Ruta de la Seda. En cada zoco, al respirar el aroma a azafrán, cardamomo y pétalos de rosa, sentirás que retrocedes a esa época en la que las caravanas cruzaban desiertos llevando tesoros desde Oriente hasta el Mediterráneo.

Déjate seducir por la elegancia de Isfahán y la imponente Mezquita de los Viernes, maravíllate ante los colores de Shiraz y sus jardines de Narenjestán, o recorre Yazd, la ciudad de los vientos, que desafía al calor con sus torres de ventilación. Descubre la esencia de Tabriz en su gran bazar o piérdete en las callejuelas de Kashan, ciudad de leyendas y alfombras, de donde se dice partieron los Reyes Magos.

Camina entre las ruinas de Persépolis, capital de un imperio que hace 2.500 años deslumbraba al mundo. Y en Teherán, la vibrante capital, déjate sorprender por su vida artística y por joyas como el Palacio de Golestán.

Irán es un viaje al corazón de Oriente, donde cada detalle habla de sabiduría milenaria, calidez y belleza.

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En primavera, de marzo a mayo, y en otoño, de septiembre a octubre, con temperaturas suaves y escasas precipitaciones, perfectas para descubrir Irán y contemplar el verde de sus muchos jardines urbanos en todo su esplendor.