Un caleidoscopio de colores y aromas intensos, donde la espiritualidad y diversidad cultural se entrelazan en paisajes vibrantes, haciendo de cada paso una experiencia transformadora y única.

Viajar a la India es sumergirse en un torbellino de colores intensos, aromas especiados y espiritualidad. En este país de dioses infinitos —en el hinduismo hay más de 33 millones— destacan tres pilares divinos que lo envuelven todo: Vishnu, Shiva y Brahma. Su presencia se siente en los templos, las festividades y en el latido mismo del día a día. Pero la India es también ese caos fascinante que cobra sentido al subir a un tuk tuk por las calles de Delhi, entre bazares, mezquitas y palacios coloniales que respiran historia.

En Rajastán, el color ocre de las fortalezas se funde con la elegancia de los antiguos reinos. Al norte, el templo dorado de Amritsar acoge con una hospitalidad única, símbolo de la fe sij. Y en la sagrada Benarés, el alma del país se manifiesta en la ceremonia del Aarti, al atardecer, frente a las aguas del río Ganges.

Más al sur, Hampi emerge como un sueño de piedra entre colinas, vestigio místico del poderoso Imperio Vijayanagara. Kerala, en cambio, deslumbra con su red de lagunas tropicales con más de 900 km de ríos, lagos, canales y lagunas conectados y repletos de palmeras, por donde navegar perezosamente es como entrar en un sueño. Y en el corazón verde del país, el tigre de Bengala, dueño y guardián de la selva, campa a sus anchas en su hábitat por los parques nacionales del centro.

Como broche, la joya del amor eterno: el Taj Mahal, un mausoleo en mármol decorado con caligrafía, piedras preciosas y semipreciosas y complejos diseños florales que representan el paraíso eterno, considerado uno de los edificios más bellos del mundo.

Todo ello aderezado con una gastronomía vibrante en sabores y colores, donde cada plato es una historia, y cada comida, una celebración.

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Los meses de noviembre a marzo son el mejor momento para descubrir la belleza de la India, con temperaturas agradables y cielos despejados.