Un país de profundos contrastes, donde la milenaria muralla se extiende entre montañas, mientras las ciudades ultramodernas brillan con energía, mezclando tradición y futuro en un paisaje inigualable.

En China, cada paso es un viaje en el tiempo y cada rincón una obra de arte viva. Desde la imponente Gran Muralla, serpenteando entre montañas como un dragón milenario, hasta los Guerreros de Terracota en Xi’an, que siguen custodiando en silencio al primer emperador, el gigante asiático despliega su historia como un tapiz interminable. Pekín, vibrante y solemne, guarda tesoros imperiales entre palacios, templos y callejones donde aún resuena el eco de las dinastías. En Shanghái, el futuro ya ha llegado: una metrópolis de neones y tradición, donde los rascacielos reflejan los tejados curvos de los jardines clásicos.

Los osos panda, emblema de ternura y resistencia, te esperan en Chongqing, ciudad que fusiona modernidad y naturaleza con la sabrosa contundencia de su cocina picante. En las terrazas de arroz de Yuanyang, esculpidas a mano por generaciones, el sol se despide tiñendo los campos de colores imposibles. Fenghuang, con sus casas de madera suspendidas sobre el río, es poesía hecha pueblo. Dunhuang, en cambio, es puro misterio: oasis en la Ruta de la Seda, sus grutas guardan frescos budistas entre dunas doradas.

Y cuando el alma te pida calma, el Parque Nacional de Jiuzhaigou se abre como un lienzo de lagos turquesa, cascadas cristalinas y bosques encantados. A bordo de un crucero por el río Li, entre campos de arroz rojos y verdes arrozales donde trabajan etnias procedentes del Himalaya tibetano, montañas escarpadas donde habitan esculturas budistas gigantes y cordilleras nevadas con ríos creados por dragones en las que conviven leopardos y pueblos nómadas, China revela su lado más espiritual.

Todo acompañado de una espectacular gastronomía que va mucho más allá de los populares rollitos de primavera: dim sum, chow mein, pato laqueado a la pekinesa…; sin olvidar el té verde chino, que tiene mucho que ver con el secreto de la juventud.

¿Quieres viajar a China? ¿combinarlo con otro destino?
Dinos que tienes en mente y le daremos forma a tu medida.

Nos adaptamos a ti. Reserva tu cita por videollamada y nos pondremos en contacto contigo de acuerdo a tu agenda.

La mejor época para descubrir China es en los meses de primavera y otoño, con temperaturas agradables y pocas lluvias.