Un paraíso de biodiversidad donde la selva se encuentra con el mar, regalando paisajes exuberantes y una forma de vida que celebra la conexión con la naturaleza, la aventura y la serenidad profunda.

Costa Rica es ese rincón del mundo donde todos los caminos conducen a cascadas escondidas, lagos en cráteres humeantes o playas desiertas rodeadas de jungla. La franja de Tierra Tica acumula volcanes, bosques tropicales secos, húmedos y lluviosos, ríos salvajes y playas exuberantes como Puerto Viejo. A caballo, a pie o en canoa, este país tropical ofrece infinidad de aventuras. Los viajes a Costa Rica son una mezcla de adrenalina y desconexión, del verde intenso de sus montañas al azul turquesa de sus aguas. Y es que tiene tantas cosas que ver que te costará elegir entre perderte por los bosques nubosos o salir en busca de animales tan exóticos como el oso perezoso, el quetzal, el tucán o la tortuga marina. Porque un viaje a Costa Rica es… ¡Pura Vida!

Entre las maravillas naturales que te esperan en este paraíso de biodiversidad, están el Parque Nacional Corcovado, un espectáculo de belleza natural y vida en un inmenso bosque tropical, hogar de una fauna especialmente rica que incluye grandes mamíferos y una gran variedad de aves; el Volcán Arenal y sus relajantes aguas termales; Tortuguero, donde el agua se mezcla con una espesa jungla en la que podrás avistar muy diversa fauna, entre tímidos caimanes, tortugas de río y osos perezosos; y el mágico Bosque Nuboso de Monteverde, un misterioso universo de hadas envuelto en niebla, te enamorará por su naturaleza: un misterioso país de hadas envuelto en niebla, ocupado por añejas viñas, repleto de helechos y bromelias, con un sinfín de peñascos y rebosante de vida.

La experiencia continúa entre las hortensias, las montañas verdes y el mayor y más accesible cráter volcánico del istmo en la región de Poás; la belleza irresistible del Parque Nacional Manuel Antonio, hogar de abundante fauna —iguanas, monos, ranas, tucancillos…— con un sistema de senderos que serpentea entre playas de arena blanca, rodeadas de bosques húmedos; y Nosara, un cóctel de cultura surfista internacional y ambiente de yoga con playas unidas por senderos sinuosos que surcan colinas junto al mar.

Reserva tiempo para descubrir los contrastes de pueblos auténticos y la vibrante San José, una de las ciudades más cosmopolitas de Latinoamérica; y para disfrutar de Montezuma, una ciudad adictiva y de costa accidentada que nunca está lejos del ritmo del mar, donde podrás aprender a manejar antorchas o tumbarte en calas blancas.

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Entre diciembre y abril, con días soleados y menos lluvias, momento ideal para disfrutar de la Pura Vida de Costa Rica y hacer actividades al aire, como el surf. Y de julio a octubre, con mañanas generalmente soleadas y más lluvias a partir del mediodía, óptimas condiciones para vivir el país conociendo su completísima biodiversidad, con especial atención a las comunidades de tortugas.