Viajar a Malasia despierta todos los sentidos: selvas exhuberantes, playas turquesas, culturas entrelazadas y una de las gastronomías más grandes del mundo.

Tu aventura comienza con las cristalinas aguas de las Islas Perhentian, ideales para hacer snorkel entre corales y peces de colores, donde el azul del mar se convierte en un escenario de cuento. Los Altos de Cameron ofrecen un refugio verde entre plantaciones de té, neblina suave y senderos tranquilos: un contraste perfecto tras la energía urbana que encontrarás en Kuala Lumpur, con sus torres Petronas, sus mercados nocturnos y barrios que mezclan lo tradicional, lo moderno y la diversidad malaya, como el multicultural barrio de Chinatown.

Muy cerca de la capital, las imponentes Cuevas Batu te reciben con su enorme estatua dorada de Murugan y su escalinata de colores, custodiando templos hindúes escondidos en la roca. La conexión con la naturaleza se eleva aún más en el Parque Nacional Taman Negara, la jungla más antigua del planeta, un paraíso de biodiversidad con pasarelas colgantes, ríos caudalosos y la posibilidad de avistar elefantes, tapires o leopardos en libertad.

En Borneo, el Monte Kinabalu se alza como el techo de Malasia y símbolo de Sabah, rodeado de paisajes selváticos y senderos que atraen tanto a montañistas como a amantes de la naturaleza. En Langkawi, un paraíso tropical famoso por sus atracciones naturales, puedes relajarte en playas de arena blanca y aguas cristalinas, maravillarte con asombrosas cascadas y pasear por el Sky Bridge ―un puente curvo suspendido entre montañas―. La naturaleza reclama protagonismo en el Centro de Orangutanes de Sepilok, donde estos primates habitan entre árboles milenarios. Más salvaje aún, el Parque Nacional de Bako, con sus senderos entre manglares y árboles altos, reserva encuentros tan singulares como el avistamiento del cerdo barbudo y monos de nariz prominente.

Sumergirse en los arrecifes de Sipadan es otra aventura imprescindible: uno de los destinos de buceo más cotizados del mundo por su biodiversidad mar adentro. En Melaka, el mercadillo resuena con olores especiados, linternas y arquitectura colonial. Y en Penang, el arte urbano, las casas tradicionales y los puestos de comida callejera te envolverán en un festín visual y gustativo.

Malasia presume de ser uno de los países con mayor cultura gastronómica del mundo, donde el mix entre malasios, budistas e hinduistas produce platos únicos: del picante rendang al suave nasi lemak, pasando por curris aromáticos y mariscos frescos.