Montañas impresionantes que rivalizan con playas doradas, ciudades con una vibrante vida nocturna y artística y una seductora mezcla de historia y naturaleza.

Sumérgete en un viaje único donde la historia, la naturaleza y la cultura se entrelazan. En Sofía, el pasado romano y la vida moderna conviven en cada rincón. Plovdiv, antigua capital y una de las ciudades más antiguas de Europa, enamora con su casco antiguo, su arte y su alma bohemia. Entre montañas cubiertas de bosques, el Monasterio de Rila – el más grande de los Balcanes -, un símbolo de la tradición búlgara, sorprende con su belleza espiritual y arquitectónica. Merece la pena llegar a lo alto de la fortaleza de Veliko Tarnovo, un enclave majestuoso del antiguo imperio búlgaro. Los Balcanes ofrecen rutas escénicas y aire puro para los amantes de la aventura, mientras que en la costa del mar Negro, Varna te espera con playas vibrantes y atardeceres inolvidables. 

Casi un tercio del país es naturaleza, por lo que uno de los grandes placeres de viajar a Bulgaria es dejarse envolver por sus paisajes de bosques y montañas balcánicas, como la Cordillera Stara Planina. Pero también hay un Bulgaria de mar, con playas y calas en ciudades costeras como Varna, bañadas por el idílico mar Negro. Y no se debe pasar por alto la buena gastronomía búlgara: no te vayas sin probar la ensalada tradicional shopska, tan colorida como la propia bandera nacional.

Junio, julio y agosto son los meses ideales para un viaje a Bulgaria.